El monologuista y actor forma parte del grupo de manchegos que ha convertido a Albacete en la nueva capital del humor a través del programa Muchachada Nui. La pasada semana estuvo en el Aula CAM de Alicante aireando las miserias de la vida. Es uno de sus trucos para hacer reír.
Museo Coconut es la nueva apuesta de los de Muchachada Nui. ¿Qué tal va?
Va según lo previsto. Sabíamos que la gente esperaba más de lo mismo y no se lo íbamos a poner fácil. Estábamos un poco cansados del anterior formato después de ocho años y nos apetecía hacer una sitcom, donde el humor no es tan inmediato. Por eso ha habido cierto desconcierto al principio. Hay que conocer al personaje y dejar que evolucione.
No nos planteamos las cosas así. Lo que había que conservar era el instinto, nuestra forma de entender el humor. Mantenemos las cosas absurdas, pero también una fidelidad con los personajes, queremos bucear en su psicología. Imagino que es difícil para el sector más radical de fans de Muchachada, pero bueno, en cuanto a audiencia, somos lo que somos, tenemos el mismo número de seguidores que siempre.
Qué sitio de honor, ¿no? No sé, creo que en esos casos han sido gente que tenían un respaldo absoluto del público y también había menos competencia y menos canales de televisión. A nosotros la llegada de Internet nos ha hecho grandes favores, porque ha traído la globalización del humor. Por eso estamos mucho mas influenciados por lo anglosajón, estilo stand up comedy, que por Esteso, Pajares y Ozores. Es una manera de hacer humor que tiene más que ver con el giro de frases y no tanto con la actuación teatral. Gila usaba ese formato más americano a su manera, era un surrealismo totalmente españolizado... Martes y Trece es el humor más gestual, puede que leyendo un guión suyo no te vayas a reír, la gracia está en cómo se mueven. A lo mejor el cambio vino con Faemino y Cansado, que tenían más que ver con Tip y Coll que con Josema y Millán (Martes y Trece)...
Tienes que tener algo de por sí, no sé si mala suerte en tu educación, que algo te haya ido mal o una sensibilidad especial. Y sobre eso ya se puede trabajar mucho. Es importante ver a muchos cómicos, conocer diferentes fomatos de humor y ser inconformista. Y bueno, sobre las posibles tramas son siempre las mismas, si lo reduces a un monólogo te quedan tres o cuatro conceptos: la soledad, el miedo, la inmadurez... A nadie le va a hacer gracia que te subas ahí y digas que te ha tocado la lotería, pero sí si les cuentas que te acaba de dejar tu novia. Si te presentas a ti mismo como un perdedor, la gente se sentirá identificada, pero no ofendida. Es descarnado y doloroso, pero esa es la idea del humor.
Bueno, sobre eso tengo una teoría. Ha habido buenas cómicas, Eva Hache, que llevaba un late show ella sola, es un gran exponente. Pero respecto a lo que dices, yo creo que las chicas tradicionalmente han necesitado menos para ligar. Por eso el humor es un arma más para perpetuar tu especie, para que tu ADN siga. Además, así sueles caer mejor. Yo no quiero ser un personaje de culto, prefiero que se me recuerde por lo mucho que ligaba.
Bueno, lo nuestro tiene más que ver con el hecho de que somos amigos y pudimos trabajar con mucha libertad. Cuando empezamos en Paramount Comedy ni el canal ni nosotros nos jugábamos prácticamente nada. Al principio de Muchachada Nui, cuando éramos La Hora Chanante, todo era mucho más cañero.
¿Cómo empezaría un monólogo sobre el caos aéreo del pasado puente?
Pues probablemente diciendo: "Hay que ver qué cara más dura que tienen los controladores, que trabajan tan pocas horas y ganan un pastón ¿Qué se han creído que son, cómicos?".
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